El acto de alimentarse ingiriendo nutrientes tras procesarlos en la boca e interactuar con el alimento de manera sensoriomotriz es lo que podríamos denominar deglución. La disfagia es un síntoma definido por Lancaster como la alteración de la deglución que puede resultar en una penetración o aspiración de comida, líquidos o medicación en la vía aérea.
Según señalan desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) en España aproximadamente más de 2 millones de personas sufren disfagia y cerca del 90% de los pacientes no están diagnosticados.
Podría explayarme sobre las fases que componen el proceso de deglución, la variedad de alteraciones de origen neurológico o mecánico que pueden quedar afectadas, qué fases, qué texturas, qué maniobras ayudarán a llevar a cabo cierta parte del acto terapéutico… Pero, en este texto, me gustaría centrarme en lo que significa para el paciente “convivir” con la disfagia.
Esta situación implica un proceso de duelo, un trabajo serio de concienciación vital con el que lograr un día a día más pleno, práctico y auténtico, a pesar de las dificultades de los síntomas y las enfermedades. Con todo ello, también se ayuda a perfilar la actuación de quienes te rodean, al beneficiarse por la reciprocidad del acto comunicativo.
Todo lo expuesto muestra un propósito y aquí reseño los principios del enfoque de atención, centrado en la persona, tomados de Martínez, T. (2013). “Avanzar en atención gerontológica centrada en la persona. Marco y fases para liderar un cambio de modelo”. Disponible en: www.acpgerontologia.net.
1. Todas las personas tienen dignidad.
2. Cada persona es única.
3. La biografía es la razón esencial de la singularidad.
4. Las personas tienen derecho a controlar su propia vida.
5. Las personas con grave afectación cognitiva también tienen derecho a ejercer su autonomía.
6. Todas las personas tienen fortalezas y capacidades.
7. El ambiente físico influye en el comportamiento y en el bienestar subjetivo
de las personas.
8. La actividad cotidiana tiene una gran importancia en el bienestar de las
personas.
9. Las personas son interdependientes.
10. Las personas son multidimensionales y están sujetas a cambios.
Por costumbre, finalizo con una cita del Dr. Marañón, pues, en mi opinión, avanzar en clínica implica aproximarse a un logro, y de la madurez de esta aproximación surge una actitud nueva frente al mismo, y, por tanto, al acto terapéutico en su contexto.
“El triunfo no es un don del esfuerzo o de la suerte, sino un préstamo que hay que pagar, con intereses usuarios, en forma de generosidad con los vencidos.”
G. Marañón (Declaración en Blanco y Negro.1931)
Marcelo Rodríguez Cruz es Logopeda Especialista en Disfagia de la Clínica de Rehabilitación del Lenguaje CRL

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