La disfagia (dificultad de deglución de alimentos y líquidos) es una de las posibles secuelas de los pacientes de Covid-19 que han permanecido largo tiempo ingresados en la UCI intubados.

El síntoma de disfagia se manifiesta, en este contexto post-extubación Covid-19, fundamentalmente por falta de coordinación entre la deglución y la respiración, incrementando a su vez, el riesgo de aspiración de saliva y secreciones. Esta descoordinación, se determina considerando un aumento en los patrones de frecuencia respiratoria.

Así, aunque la dinámica respiración-deglución es importante, será imprescindible también considerar la función masticatoria que conllevará problemas dentales que puedan tener un impacto relevante en el estado nutricional. Y, por supuesto, atender los riesgos de mala salud bucal.

Desde el valor de cuidado y prevención terapéuticos se pondrá especial atención a este proceso oral que puede asociar complicaciones como son:  procesos infecciosos que conducen a neumonía aspirativa, peligro de desnutrición y deshidratación y, en consecuencia, sarcopenia y fragilidad, que ejercen un peor pronóstico del paciente y afectan su calidad de vida.

En líneas generales las intubaciones prolongadas ocasionarán:

  1. Patologías faríngeas, laríngeas y traqueales.
  2. Cambios significativos en la función motora y la entrada sensorial a la faringe y la laringe.
  3. Retraso en el disparo deglutorio.

Con respecto a la sintomatología general del paciente post-extubado, de manera general se contemplan los siguientes síntomas: disfonía (76%); odinofagia (dolor al tragar) (76%); disfagia (49%); disnea laríngea (23%); estridor (7%).

Sin embargo, aparte de toda esta sintomatología derivada de ciertas causas traumáticas colaterales a un tratamiento eficaz del problema respiratorio por COVID19, aparecen otras de carácter neuromuscular: disfagia derivada de una posible neuropatía en los nervios glosofaríngeo y nervio vago después de haber superado la enfermedad, sumado al tiempo de intubación en la sala de cuidados intensivos. Igualmente, se deben atender los problemas olfativos y gustativos que provoca la infección y que afectarán, en mayor o menor medida según su gravedad, a la calidad de vida del paciente.

En resumen, a lo que a seguridad en la deglución respecta, esta dificultad derivada del proceso de intubación tiende a incrementar la incidencia de aspiración y mala protección de las vías respiratorias. Y respecto a la eficiencia, es frecuente la aparición de residuos orales, faríngeos y esofágicos que podrán ser objeto de penetración en la laringe y las vías respiratorias postdeglutoria.

El tratamiento logopédico, abarcaría, en líneas generales, manteniendo las medidas oportunas de seguridad, la intervención y práctica sobre cada una de las etapas deglutorias afectadas; de este modo, actuaremos sobre el riesgo de seguridad derivado del fallo en su eficacia. Este plan se llevará a cabo haciendo uso de estrategias compensatorias: ajustes posturales, maniobras de deglución y modificaciones de la dieta; y rehabilitando estrategias mediante actuaciones concretas sobre estructuras, intereses de la persona y cualidades del alimento, incidiendo en el cuidado de la rehabilitación masticatoria.  Siendo todo ello una pieza clave de “humanización” en el abordaje del paciente con disfagia.

Marcelo Rodríguez. Logopeda.

Clínica de Rehabilitación Integral CRL. Madrid

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